Tipo I: se da en adultos y se caracteriza por tener etapas con grandes ingestas puntuales con intervalos de abstemia, pero estos intervalos son cada vez más pequeños, y pueden comportar una gran dependencia y el desarrollo de enfermedad hepáticas.
Tipo II: se da en adolescentes y está relacionado muchas veces son un historial violento. El aumento del consumo de alcohol no es progresivo.
Los síntomas de la adicción al alcohol son la ansiedad por consumirlo, pérdida del control, incapacidad para parar de beber, dependencia física, que provoca el síndrome de abstinencia (sudoraciones, fiebre, temblores) cuando se deja de tomarlo, y la tolerancia (necesidad de beber cada vez mayores cantidades de alcohol).
Además, el consumo excesivo de esta droga conlleva graves problemas de salud, tanto mentales (depresión, psicosis) como físicos (daños en hígado, cerebro), e incluso la muerte.
Actualmente no existe una causa común, sino que existen varios factores importantes en el desarrollo de esta enfermedad. Por ejemplo, una persona con un padre o una madre alcohólico tiene más probabilidad de adquirirlo.
Otra causa está relacionada con factores psicológicos, es decir, conflicto
El tratamiento consiste en terapia y sedantes El tratamiento incluye el asesoramiento por parte de un profesional del cuidado de la salud. Una opción para aquellos que necesitan ayuda adicional son los programas de desintoxicación en hospitales o instalaciones médicas. Existen medicamentos que reducen el deseo de consumir alcohol.